Florence Griffith

Al revisar la historia de Florence Griffith, siempre salta la polémica alrededor de las medallas y récords que la mantienen, aún 30 años después, como la mujer más rápida del mundo

¿Usó o no sustancias prohibidas? ¿Cómo logró modificar su cuerpo en tan poco tiempo? ¿El día de la competencia había viento que le ayudó? ¿Se alteraron los registros oficiales? ¿Por qué se retiró tan pronto? ¿Por qué murió de esa forma tan sorpresiva para muchos? 

Y así, una larga lista de dudas y cuestionamientos.

Pero vamos por partes:

Inicios de Florence Griffith

La historia de Flo-Jo, como era apodada, en las pistas de atletismo comenzó a temprana edad. Desde niña destacó y sus condiciones atléticas eran más que notables. Inclusive, ganó en la edición de 1973 de los Jesse Owens National Youth Games.

Desde temprano destacó en las pistas. Fuente: Keikai Blog

Sin embargo, ser deportista a tiempo completo no parecía ser la opción de Florence para ayudar a su familia y “ganarse la vida”, por lo que dejó el atletismo de lado para buscar un trabajo de “15 y último”.

Fue el entrenador Bob Kersee quien le dio un giro a esta historia: conociendo su potencial, logró que le otorgaran una beca en la afamada UCLA y empezaron a trabajar juntos. Durante su época universitaria, Florence acumuló varios títulos en el circuito de la NCAA: 

  • 1981: rompió el récord universitario en la World Cup, en la competencia de relevos 4×100.
  • 1982: dominó los 200 metros con tiempo de 22.39 segundos
  • 1983: en su año Senior ganó en los 400 metros, estableciendo un récord para el momento con 50.94. También en 1983 participó en los I Campeonatos del Mundo, donde terminó en la cuarta posición en los 200 m.

En los registros de la UCLA, su marca de 11.06 para los 100 metros es segunda en la lista de todos los tiempos, mientras que sus 22.23 en los 200 (récord universitario) y 50.94 en los 400 metros están en el tope del histórico de la universidad californiana.

En su ciudad natal, Los Angeles, ganó su primera medalla olímpica en 1984. Fuente: Pinterest

Medallista en casa

Después del fracaso económico de Montreal 1976 y la división que generaron los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, la edición de 1984 pendía de un hilo, ya que no había candidaturas para organizarlos.

Sin embargo, desde Estados Unidos se asume la responsabilidad, con la ciudad de Los Ángeles como la elegida.

Uno de los aspectos más relevantes de estos juegos, es que dieron paso a la inversión privada de empresas, marcas y patrocinadores, ante la falta de dinero gubernamental. También se realizaron a pesar de que se repitió un boicot, esta vez por parte de la Unión Soviética y el bloque comunista, quienes decidieron no asistir al evento en suelo estadounidense. 

En este contexto, Florence Griffith se colgaría, en su ciudad natal, la medalla de plata en los 200 metros. Detuvo los cronómetros en 22.04 segundos, solo por detrás del 21.81 de su compatriota Valerie Brisco-Hooks.

Después de las Olimpíadas de 1984, se alejó temporalmente de las pistas y se casó con Al Joyner, atleta y campón olímpico. Fuente: womenafrica.com

Una vez terminados los Juegos, Florence se tomó otro receso de las pistas. Durante ese período, se casó con el también atleta (y campeón olímpico en triple salto) Al Joyner.

Su vuelta en 1987 traería elogios y críticas por igual. 

El año récord

Rápidamente, Florence Griffith comenzó a destacar a su vuelta. En el Campeonato Mundial de Atletismo de Roma 1987, se quedó con la presea dorada en el relevo de 4×100 y la de plata en los 200 metros. 

1988 sería su año de principio a fin:

  • En los clasificatorios olímpicos, en Indianápolis, logró imponer el récord mundial para mujeres en los 100 metros con un increíble 10.49, que se ha mantenido vigente hasta ahora (pero siempre con polémica sobre la fiabilidad del registro). El récord anterior eran los 10,76 de Evelyn Ashford.
  • Los Juegos Olímpicos en Seúl fueron su consagración, con tres medallas de oro y una plateada, convirtiéndose así en la primera estadounidense en lograr esa cantidad en una cita olímpica
    • Los 100 planos fue donde dio más espectáculo, no solo llevándose la medalla de oro, sino imponiendo los tres mejores tiempos de la categoría: 10,54 segundos en la Final (no considerado récord olímpico porque la velocidad del viento era mayor a la permitida), 10,62 segundos en Cuartos (récord Olímpico vigente) y 10,70 segundos en Semifinales. https://youtu.be/XZ6qmuXPRTk
    • En los 200 se quedó con el oro,estableciendo otro récord mundial que sigue vigente, con marca de 21,34 segundos.
    • Un oro en el relevo 4×100 y una plata en los 4×400 completan su cosecha en la cita. 

Ese año también recibió diferentes premios y reconocimientos:

  • El Comité Olímpico la nombró Atleta del año, en el renglón femenino.
  • Associated Press, UPI y la revista Track & Field hicieron lo propio. 
  • Ganó el Premio Jesse Owens de atletismo, entregado al atleta con mejor desempeño en la disciplina y el Premio Sullivan en 1989 para los deportistas amateur más destacados. 

A pesar de las victorias, no todo fueron flores para Flo-Jo. Estos récords estarían rodeados de críticas y sospechas que van desde el uso de sustancias no permitidas hasta registros errados sobre la velocidad del viento. 

Inclusive, comenzaron a resonar más fuerte, luego de que la californiana decidiera retirarse definitivamente de las pistas de atletismo unos cinco meses después de las Olimpiadas en Seúl. Poco después se reforzaron las reglas antidopajes estableciendo exámenes sorpresa, echando más leña al fuego. 

La polémica

Todo el revuelo causado por los récords de Florence Griffith puede analizarse desde los siguientes aspectos:

  • Posible uso de esteroides: De acuerdo a las autoridades deportivas, Griffith nunca dio positivo en las pruebas antidopaje a las que fue sometida. Sin embargo, eso no ha sido suficiente para convencer a sus críticos, quienes destacan el cambio físico que tuvo entre 1984 y 1988.

«Primero, al lograr un nuevo récord mundial, dijeron que el viento la había ayudado. Después, cuando ganó todas esas medallas, decían que habían sido las drogas”, ha reclamado su marido y entrenador Al Joyner, quien asegura que la única razón de su éxito fue el trabajo y la dedicación constante. La propia Florence aseguró que esa mejora en su condición física era por el cambio de entrenador y a los ejercicios de fuerza que aumentó en su rutina para trabajar la parte inferior del cuerpo. 

Vale destacar que, durante los 80s, el deporte vivió una etapa turbia respecto al uso de esteroides y otras sustancias. De hecho, luego de la cita en Seul, Ben Johnson fue despojado de sus títulos por dopaje y llegaron las acusaciones de Darrell Robinson contra Flo-Jo y otros atletas, aunque estas últimas nunca fueron demostradas.

  • Récord imbatible: Los récords masculinos han cambiado de dueño varias veces en los últimos 30 años, mientras que las marcas impuestas por Florence se mantienen intactas, y ninguna corredora ha podido llegar lo suficientemente cerca. 

Las que más se han acercado a la marca son: Carmelita Jeter (10.64, 2009), Marion Jones (10.65, 1998), Shelly-Ann Fraser-Pryce (10.70, 2012) y Elaine Thompson (10.70, 2013), Este hecho hace levantar sospechas a más de uno, sumando a las teorías sobre uso de droga o condiciones favorables (pero ilegales) para que Flo-Jo volase en la pista.

En 1995 fue exaltada al Salón de la Fama del Atletismo. Fuente: SportsCasting.com
  • Registro del viento: El límite legal de la velocidad del viento en las competiciones de atletismo es +2m/s. Esto asegura que las corrientes de aire no favorecen (o incomodan) la actuación de los atletas.

En el caso de la marca registrada por Griffith en 1988, hay mucha confusión y diferentes versiones. Oficialmente, fue registrado un viento de 0.0 m/s. Sin embargo, otros registros de ese día muestran corrientes de viento muy por encima del límite legal que podrían haber favorecido el desempeño de las atletas. 

Muchos han apuntado directamente al video de la carrera, señalando el movimiento de algunos elementos en la pista, que confirman la presencia de viento. Por otro lado, el aeropuerto de la ciudad, que está ubicado cerca del estadio, reportó vientos entre 29 y 35 k/h ese día. Además, otros eventos que se celebraron en paralelo o cercano a los 100 metros femeninos, como las semifinales y final de los 100 metros masculino (+2,6 m/s, +4,9 m/s y +5,2 m/s.) y el triple salto masculino (4,3 m/s, 4,5 m/s) tienen registros elevados. 

Otro asunto que levanta suspicacias es que tres series de cuartos de final de los 100 metros planos femeninos, se realizaron en unos 10 minutos; las dos primeras mangas registraron 0.0 m/s, mientras que la segunda marcaba 5 m/s.

El proveedor de los anemómetros, Omega, ha insistido siempre en que ese día no hubo problema con ninguno de los equipos de medición y que durante la carrera, como el viento era cambiante, soplaba en perpendicular a los medidores y a los atletas, descartando cualquier efecto favorable.

Esa afirmación no fue convincente e inclusive hay estudios y análisis que se han enfocado en rebatirla

  • Su retiro: unos meses después de quebrar récords y ganar medallas, Florence Griffith anunció su retiro. Esta decisión solo sumó sospechas, considerando que iban a comenzar a aplicarse exámenes antidopaje por sorpresa.
  • Su muerte: En 1996, Flo-Jo anunció su regreso al atletismo; el objetivo era lograr la marca de los 400 metros, pero una tendinitis le frustró su intento. Poco después, con su muerte  el 21 de septiembre de 1998, se avivaron las sospechas de abuso de sustancias ilícitas.

Según el reporte oficial, la autopsia indicó que falleció por un ataque de epilepsia y posterior asfixia mientras dormía. Nuevamente la Comisión Médica del COI afirmó que Florence dio negativo a las múltiples pruebas a las que fue sometida durante su carrera.

Más allá de las pistas

Florence Griffith tenía un gran talento, pero también le sobraba personalidad y carisma. Cuando entraba en las pistas de atletismo, no había forma de no notarla: llegaba con el cabello arreglado, las uñas largas y pintadas y con ropas llamativas, muchas veces diseñadas por ella misma.

Durante los 80’s, Florence fue una de las atletas que ganó buenas sumas de dinero, por medio del patrocinio y alianzas con varias marcas. Uno de los acuerdos más icónicos fue con la compañía de juguetes LJN, que creó una muñeca inspirada en la atleta.

Amante de la moda, Flo-Jo no solo confeccionó sus atuendos para los eventos deportivos. En 1989, recibió la invitación para diseñar los uniformes de Indiana Pacers, que la plantilla usó por siete temporadas y son familiares para cualquier fan del llamado “mejor baloncesto del mundo”. 

También apareció en la telenovela Santa Bárbara, probó con la pintura, la escritura de novelas románticas, además de patentar su propia marca de cosméticos y grabar videos sobre fitness.

Después de su retiro, fue presidenta del Council on Physical Fitness and Sports y trabajó con la Sociedad Norteamericana de Cáncer, la Fundación de Esclerosis Múltiple y la Coalición de Negocios contra la Osteoporosis. También fue co-fundadora de la Fundación para jóvenes Florence Griffith-Joyner. 

En 1995 fue exaltada al Salón de la Fama del Atletismo. En 1988, su Alma Mater había planeado su inducción al Salón de la Fama, con un evento pautado justo para dos semanas después de que fue anunciada la muerte de Florence. 

A pesar de su muerte, Flo-Jo sigue recibiendo reconocimientos: La revista Ebony la incluyó en su edición de marzo de 2020, como una de las 10 atletas afro-americanas más importantes de todos los tiempos, y Sports Illustrated la eligió en el puesto 6 entre las mejores 40 atletas de la llamada Title IX Era.

Florence Griffith-Joyner en el Museo de Madame Tussaud en New York. Fuente: Flickr

Charlotte Cooper

Paris, summer of 1900.

Many eyes were upon the so-called «city of light.«The «Exposition Universelle» was being held, and the most recent advances and pieces of engineering, design, art and science of the time were shown.

The competitions for the second edition of the modern Olympic Games were included as part of the event program. Although those Olympics in France have been considered a failure due to the lack of organization and the lack of diffusion they had, not everything was bad in Paris.

In this edition was allowed for the first time the participation of female athletes; 22 in total, divided into three disciplines: cricket, golf and tennis. In addition, mixed teams were enrolled in tennis, football, polo and rowing. 

In this way, the English Charlotte Cooper became the first female olympic champion, by winning the single category in tennis. 

She defeated the local Hèléne Prevost in the final and went home with her hands full, after also emerging victorious in the mixed doubles category, alongside the British Reginald Doherty.

Charlotte Cooper is a member of the International Tennis Hall of Fame. Source: International Tennis Hall of Fame.

It ‘s important to note that Charlotte’s achievements are not limited to the Olympics Games. On the contrary, «Chatty», as she was also called, had an extensive and successful sports career.

The firsts days in the Ealing Lawn Tennis Club

Charlotte’s story starts in the city of Ealing (Middlesex, England), where she was born on September, 22nd of 1870. She was the youngest of the six children of the miller Henry Cooper and his wife, the American Teresa Georgiana Miller.

She took his first steps at the Ealing Lawn Tennis Club, with H. Lawrence and Charles Martin as her first coaches. Then she would be working with Harold Mahony, a club figure and later an Olympic champion, who helped her to improve the speed of his strokes.

In her 1910 book, Lawn Tennis for Ladies, Dorothea Lambert Chambers shares this extract in which Cooper remember those early victories at the local club:

«Winning my first championship of the Ealing Lawn Tennis Club at the age of 14 was a very important moment in my life. How well I remember, bedecked by my proud mother in my best clothes, running off to the Club on the Saturday afternoon to play in the final without a vestige of nerve (would that I had none now!), and winning—that was the first really important match of my life.».

Lawn Tennis for Ladies. Source: Amazon.com

In 1893, she won her first absolute title at the Ilkley club, north of England.  

From there, she would just have an incredible career.

Wimbledon, el escenario de sus hazañas

It’s known that Charlotte Cooper had only two wooden rackets: one for dry days and an older one that she used for rainy days. On game days, she rode her bike to the All England Club, with her racket strapped to the front.

Dressed in her long Victorian dress, she entered the courts and surprised more than one with her aggressive play, close to the net, and her serve over the arm. Both unusual among female tennis players at the turn of the 19th to the 20th century.

It was precisely at Wimbledon that she completed most of her feats.

Between 1893 and 1917, Cooper competed in 21 editions of the tournament.. Source: GettyImages

She made her debut in 1893 and lost in the semifinals, to Blanche Bingley, another player of the Ealing Lawn Tennis Club. While in 1894 she was eliminated in the first round by Henriette Norncastle (her worst participation in the tournament).

In the 1895 edition, Blanche Bingley did not defend her title and Charlotte Cooper, already champion of Ireland, achieved her first Wimbledon championship, defeating Helen Jackson Atkins 7-5 and 8-6, after recuperating from the loss of the five first games.

After his victory at Wimbledon, she began her journey through other tournaments in Great Britain and other countries in Europe.

But, a moment!

Do you remember that we wrote that Wimbledon was the place where she completed the most of her feats? These are some of these:

  • Between 1893 and 1917, Cooper competed in 21 editions of the tournament.
  • She starred in 11 finals at the All England Club, eight in a row: between 1895 and 1902. This record was held for almost 90 years, until Martina Navratilova made her ninth straight appearance (1982-1990).
  • 4 of those 11 finals were against Blanche Bingley Hillyard (1897, 1899, 1900, 1901); she could only dominate her once (1901) to win his fourth crown.
  • Although she was away from the courts for a while to dedicate a time to her family, her return didn’t go unnoticed: in 1908, she added another title at Wimbledon, being 37 years and 282 days old.
  • Cooper was the second woman (and one of four to do it so far) to win a championship at Wimbledon, after becoming a mother. Blanche Bingley Hillyard (1897), Dorothea Lambert Chambers and Evonne Goolagong Cawley (1980) complete the group.
  • Her palmarés: 5 championships at Wimbledon, each one against one different opponent (1895, 1896, 1898 and 1901 and 1908).
  • In 1912, she was still one of the best and managed to play in the Wimbledon final at the age of 41.
  • In the doubles category, she won seven times in mixed teams, and twice in the female teams, although in those years, this competition was not yet an official competition of the Wimbedon’s program.
  • According to the Official Guide to the Wimbledon Championships, the match between Charlotte and Muriel Robb in 1902 became the longest final for women to the date: it had to be stopped by rain when the score was 6–4, 11–13, but was resumed from the start the next day, with victory for Robb (7–5, 6–1), playing a total of 53 games.

Excellence in everything

Charlotte Cooper cared about working not only physically, but also her mental strength, so she played calmly and was consistent on the court, according to some stories.

Even one of Copper’s most admired virtues was her ability to be highly concentrated in the games.

Her mental work had to be reinforced in 1896. After suffering an auditory infection that led her to lose the audition, «Chatty» was always very involved in the game to be able to identify the movements of her rival and follow the course of the ball.

During the winter, with no tennis competitions because of the weather, Charlotte kept fit by running, walking and playing field hockey for the Surrey’s team.

Wherever she went, the Englishwoman left her mark: she won 8 Irish championships, among other achievements in different European places, especially in France and Germany.

Her palmarés: 5 championships at Wimbledon (1895, 1896, 1898, 1901 and 1908) Source: GettyImages

Family legacy

In 1901, she married the British lawyer Alfred Sterry and took a break from the courts to dedicate it to her family and children.

However, when she believed the time was right, she returned to her tennis career, scoring many more successes.

For Charlotte and Alfred, the sport was a family affair: her husband was also a tennis player and got some victories in France and Germany. Later she was president of the Lawn Tennis Association.

90 years old. Source: GettyImages

Her daughter Gwen played on the UK Wightman Cup tennis team, while Gwen’s husband, Max Simmers, was a multiple rugby champion with the Scotland team, and her grandson Brian also excelled at rugby.

Her son Rex was vice president of the All England Club between 1960 and 1975.

Her last visit to Wimbledon was in 1961, shortly before her 90th birthday. She traveled alone from Scotland to be at the Champions Meal that the club had organized to celebrate 75 years since the tournament was created.

Charlotte died at 96, setting a record as the longest-lived athlete among Olympic champions. She is also a member of the International Tennis Hall of Fame.

Charlotte Cooper

París, verão do ano 1900.

Muitos olhos estavam atentos na chamada “cidade da luz”. A “Exposição Universal” estava sendo organizada para apresentar os avanços e obras de engenharia, desenho, artes e ciências da época. 

Como parte do evento, foram incluídas as competições da segunda edição dos Jogos Olímpicos. E embora aquelas Olimpíadas em solo francês tenham sido consideradas um fracasso pela falta de organização e difusão que tiveram, nem tudo foi ruim em Paris.

Nessa edição foi permitido, pela primeira vez, a participação de mulheres atletas; 22 no total, divididos em três modalidades: críquete, golfe e tênis. Além disso, no tênis, futebol, pólo e remo, participaram equipes mistas.

Foi assim que a tenista inglesa Charlotte Cooper se tornou a primeira campeã olímpica ao vencer na competição individual de tênis.

Ela derrotou a local Hèléne Prevost na final e voltou para casa com as mãos cheias, depois de também sair vitoriosa na categoria de duplas mistas, junto com o britânico Reginald Doherty.

Charlotte Cooper é membro do International Tennis Hall of Fame. Fonte: International Tennis Hall of Fame.

É importante frisar que as conquistas de Charlotte não se limitam às Olimpíadas. Ao contrário, «Chatty», como era apelidada, teve uma carreira esportiva extensa e de muito sucesso.

Inícios no Ealing Lawn Tennis Club

A história de Charlotte inicia na cidade de Ealing (Middlesex, Inglaterra), lugar onde ela nasceu no dia 22 de setembro de 1870. A caçula entre os seis filhos do molineiro Henry Cooper e sua esposa, a estadounidense Teresa Georgiana Miller.

Seus primeiros passos como atleta foram no Ealing Lawn Tennis Club, com H. Lawrence e Charles Martin como seus primeiros treinadores. Depois treinou com Harold Mahony, estrela do clube e posteriormente campeão olímpico, que lhe ajudou para melhorar a velocidade dos golpes. 

No seu livro de 1910, Lawn Tennis for Ladies, Dorothea Lambert Chambers compartilha esse relato de Cooper falando sobre as primeiras vitórias no clube:

«Ganhar meu primeiro campeonato no Ealing Lawn Tennis Club, com 14 anos de idade, foi um momento muito importante na minha vida. Eu me lembro bem, enfeitada pela minha mãe com minhas melhores roupas, saindo para o clube uma tarde de sábado para jogar a final sem o menor nervosismo (gostaria de não ter agora) e ganhando; aquele foi o primeiro jogo realmente importante na minha vida”. 

Lawn Tennis for Ladies. Source: Amazon.com

Em 1893, ganhou seu primeiro título absoluto no clube de Ilkley, no norte da Inglaterra. 

A partir daí, ela teria apenas uma carreira frutífera.

Wimbledon, o cenário das façanhas

Contam que Charlotte Cooper tinha apenas duas raquetes de madeira: uma delas para os dias secos e outra, mais velha, para os dias de chuva. Nos dias de jogo, ela ia na sua bicicleta até o All England Club, com a sua raquete amarrada na frente. 

Com seu longo vestido vitoriano, ela entrava nas quadras e surpreendeu mais de um com seu jogo agressivo, bem perto da rede, e seu saque acima do braço. Ambos nada comuns entre as tenistas femininas na virada do século 19 para o século 20.

Foi em Wimbledon, precisamente, onde conseguiu a maior parte das suas façanhas.

Entre 1893 e 1917, Cooper jogou em 21 edições do torneio. Fonte: GettyImages

Estreou-se em 1893 e perdeu nas semifinais para Blanche Bingley, outra jogadora do Ealing Lawn Tennis Club. Já em 1894 foi eliminada na primeira rodada por Henriette Norncastle (seu pior resultado no torneio).

Na edição de 1895, Blanche Bingley não defendeu o título e Charlotte Cooper, já campeã da Irlanda, conquistou seu primeiro campeonato em Wimbledon, derrotando à Helen Jackson Atkins por 7-5 e 8-6, após traçar a derrota nos cinco primeiros jogos.

Depois dessa vitória em Wimbledon, iniciou sua jornada por diferentes torneios, na Grã-Bretanha e em outros países da Europa. 

Para um momento.

Se lembra que falamos que Wimbledon foi o cenário onde conseguiu a maior parte das suas façanhas? Esses são alguns dados:

  • Entre 1893 e 1917, Cooper jogou em 21 edições do torneio.
  • Estrelou 11 finais no All England Club, oito consecutivas: entre 1895 e 1902. Esse recorde foi mantido por quase 90 anos, até que Martina Navratilova fez sua nona participação consecutiva (1982-1990).
  • 4 dessas 11 finais foram contra Blanche Bingley Hillyard (1897, 1899, 1900, 1901), a quem ela só dominou uma vez (1901) para conquistar sua quarta coroa no torneio.
  • Embora tenha ficado um tempo longe das quadras para se dedicar à família, seu retorno não passou despercebido: em 1908, ela acrescentou outro título em Wimbledon com 37 anos e 282 dias de idade.
  • Cooper foi a segunda mulher (e uma das quatro que o conseguiram até agora) que ganhou um título em Wimbledon, após ser mãe. Blanche Bingley Hillyard (1897), Dorothea Lambert Chambers e Evonne Goolagong Cawley (1980) completam o grupo.
  • Sua conta em total: 5 títulos em Wimbledon, todos contra oponentes diferentes (1895, 1896, 1898, 1901 e 1908)
  • Em 1912, ainda era uma das melhores e conseguiu jogar uma final Wimbledon com 41 anos de idade.
  • Na categoria de duplas ganhou 7 vezes em mistos, e mais outras duas no feminino, embora nesses anos a competição ainda não era oficialmente parte do torneio.
  • De acordo com a Official Guide to the Wimbledon Championships, o jogo entre Charlotte e  Muriel Robb em 1902 foi a final mais longa para mulheres até esse momento: teve que ser interrompido pela chuva com 6–4, 11–13 no placar, mas foi retomado desde o início no dia seguinte, com uma vitória de Robb (7–5, 6–1) e um total de 53 games.

Excelência em tudo

Charlotte Cooper se preocupava em trabalhar não apenas a parte física do seu jogo, mas também sua força mental, pelo que ela jogava com muita calma e foi consistente na quadra, segundo os relatos.

Inclusive, uma das virtudes admiradas demais de Copper era sua capacidade de se concentrar nos jogos.

Seu trabalho mental teve que ser reforçado em 1896. Depois de sofrer uma infecção auditiva que a levou a perder o sentido da audição, «Chatty» sempre tinha que estar envolvida e focada demais no jogo para conseguir identificar os movimentos da rival e acompanhar o percurso da bola.

Durante o inverno, quando não havia competições de tênis por causa do clima e não era possível jogar nas as quadras de grama, Charlotte mantinha a forma correndo, caminhando e jogando hóquei em campo para o time de Surrey.

Aonde chegou, a inglesa deixou a sua marca: somou 8 campeonatos irlandeses, entre outras conquistas em diferentes torneios europeus, especialmente na França e na Alemanha.

Sua conta: 5 títulos em Wimbledon (1895, 1896, 1898, 1901 e 1908) Fonte: GettyImages

Legado familiar

Em 1901, ela se casou com o advogado britânico Alfred Sterry e fez uma pausa nas quadras para se dedicar à sua família e filhos.

No entanto, quando acreditou que era o momento certo, ela voltou para jogar tênis, obtendo muitos outros sucessos.

Para Charlotte e Alfred, o esporte era um assunto de família: seu esposo também era tenista e conseguiu algumas vitórias na França e na Alemanha. Posteriormente foi presidente da Lawn Tennis Association.

90 anos de idade. Fonte: GettyImages

Sua filha Gwen jogou no time de tênis da Wightman Cup, enquanto o esposo de esposo de Gwen, Max Simmers, foi campeão múltiplo de rúgbi com o time da Escócia, e seu neto Brian também se destacou no rugby.

Seu filho Rex foi vice presidente do All England Club entre 1960 e 1975. 

Sua última visita em Wimbledon foi em 1961, um pouco antes de fazer 90 anos. Viajou sozinha desde a Escócia para estar na comida dos campeões que o clube tinha organizado para celebrar o 75 aniversário do torneo.

Charlotte morreu aos 96 anos, deixando um recorde como a atleta com a vida mais longa entre os campeões olímpicos. Também é mebro do International Tennis Hall of Fame.

Os Heraia

Com 16 mulheres, dessa forma inicia a história do esporte feminino organizado.

Não sabemos mais detalhes delas: nomes, idade, profissões, trajetória… Porém sabemos, sim, que foram encarregadas de organizar Os Heraia, na Grécia Antiga, a primeira competição (pelo menos a primeira com registro) reservada às mulheres. 

Então, as mulheres não eram totalmente alheias ao exercício físico no mundo antigo: por exemplo, em Esparta, a educação física feminina era promovida, com tudo, apenas como um meio de melhorar a saúde pensando na concepção.

No entanto, não tinha o permiso de participar e lhes era proibido inclusive assistir aos Jogos Olímpicos realizados na época, com possibilidade de ser punidas até com a morte por isso. 

Aliás, afirmam que as competições masculinas eram feitas com participantes sem roupas para evitar que as mulheres “se colarem” e, na mesma vez, as mulheres foram vetadas porque podiam sentir «emoções indesejadas» ao ver homens nus.

Por isso é que Os Heraia podem ser chamados como o primeiro grande evento organizado do esporte feminino. 

¿Qual é o início dessa história?

Vamos começar pelo primeiro.

Conhecemos sobre esse evento graças ao espartano Pausanias que, em sua Descrição da Grécia por volta de 175 dC, menciona Os Heraia:

“Ao lado do templo de Apollo Deiradiotes está o santuário de Athena Oxyderces, dedicado por Diomedes, porque uma vez enquanto lutava em Tróia, a deusa removeu a névoa de seus olhos. Ao lado do santuário é o hipódromo, onde os jogos são realizados em homenagem a Nemean Zeus e ao festival de Hera. ”

File:620 of ‘Pausanias’s Description of Greece. Translated with a commentary by J. G.Frazer’. Fonte: WikiCommons.

Porém, sobre sua origem, temos versões diferentes:

A primeira está relacionada à mitologia. Segundo o próprio Pausanias, Os Heraia foram criado por  Hipodâmia em gratidão à deusa Hera por seu casamento com Pélope.

Aquí é onde você tem que ficar atenta para não se perder na trama:

Pélope havia sido massacrado por seu pai Tântalo e oferecido aos deuses como alimento. Então os deuses decidiram trazê-lo de volta à vida, substituindo por um troço de marfim o ombro dele que Deméter havia comido distraidamente.

Pélope conseguiu se casar com Hipodâmia depois de derrotar o pai em uma corrida de carros, cheia de armadilhas e truques, e depois de cerca de 30 pretendentes morrerem na tentativa. Para agradecer a Hera por seu casamento,  Hipodâmia reuniu 16 mulheres, tornando-as administradoras dos Heraia.

E… fim!

Também contam que por volta do ano 580 a. C, o tirano de Pisa, Damofonte causou muitos danos aos habitantes de Elis. Depois de sua morte, um grupo de 16 mulheres foi formado, uma mulher de cada cidade, iniciou Os Heraia.

A cada quatro anos, essas mulheres teciam para Hera um peplo, que era um tipo de roupa usada na Grécia Antiga, larga, solta e sem mangas, que caía dos ombros até a cintura. Esse tributo era uma maneira de reparar os males causados ​​pelo governante e aliviar as tensões entre as cidades.

Moeda de Hera, entre 300-270 BC. Fonte: CoinArchives.com

Outros já vincularam Os Heraia com uma festa matriarcal para homenagear a Deusa Mãe Terra, mais tarde identificada com o nome de Hera, cujo templo é mais antigo que o de Zeus.

O que mais foi descoberto sobre Os Heraia?

  • Competições: durante o evento, grupos de  jovens solteiras realizavam corridas, divididas em categorias etárias, com um percurso mais curto que o definido para os homens.
  • Vestuário: as atletas usavam os cabelos soltos e precisavam se vestir com uma túnica chamada de Chitón, que ficava acima dos joelhos e expunha todo o ombro direito até o peito.
  • Frequência: Essas corridas seriam realizadas a cada quatro anos no mesmo estádio de Olympia, onde os Jogos Olímpicos Antigos foram organizados, embora não tenha sido confirmado se eles foram realizados no mesmo ano ou ao mesmo tempo.
  • Prêmios: Como na edição masculina, eram coroas de oliveira, além de receber um pedaço de vitela que tinha sido oferecido em sacrifício a Hera. Às vezes, as vencedoras também poderiam receber estátuas em sua homenagem.
Mulheres de Esparta se exercitando. Fonte: El Bazar de la Biblioteca Perdida.

Considerando o legado dos Heraia como referência e pioneiros na participação das atletas, iniciamos esta série de histórias de mulheres que marcaram a história do esporte.

The Heraean Games

16 women, this is the beginning of the story of organized women’s sports.

We don’t know anything about them: names, ages, professions, paths… But we already know that they were in charge of the organization of the Heraean Games, in ancient Greece, the first competition (at least with some proof) to be starred by female athletes.

Well, we need to remember that women were not totally forbidden to do exercises in the ancient world. For example, in Esparta, physical exercises to women were promoted, of course, as a means of improving health for conception.

However, they were not allowed to participate and it was prohibited to even attend the Olympic Games held at the time, with the possibility of receiving the death penalty for it.

In fact, it is stated that the male competitions were carried out with participants without any clothing to prevent any woman from “infiltrating” and, in turn, the women were vetoed because they could feel “unwanted emotions” when seeing the men naked.

For this reason, the Heraean Games can be listed as the first organized event of women’s sports. 

How did this story begin?

So first things first!

We learned about this event thanks to the Spartan Pausanias who, in his Description of Greece around AD 175, mentions the Heraean Games.

“Adjoining the temple of Apollo Deiradiotes is a sanctuary of Athena Oxyderces (Sharp-sighted), dedicated by Diomedes, because once when he was fighting at Troy the goddess removed the mist from his eyes. Adjoining it is the race-course, in which they hold the games in honor of Nemean Zeus and the festival of Hera”.

File:620 of ‘Pausanias’s Description of Greece. Translated with a commentary by J. G.Frazer’. Fuente: WikiCommons.

But, about its origin, there are different versions:

The first is linked to mythology. According to Pausanias himself, the Heraean Games were created by Hippodameia in gratitude to the goddess Hera for her wedding with Pelops.

And this is where you have to pay attention not to lose yourself in the plot:

Pelops had been dismembered by her father Tantalus, and offered to the gods as food. Then the gods decided to bring him back to life, replacing the shoulder that Demeter had absentmindedly eaten with an ivory one.

Pélope managed to marry Hippodameia after defeating her father in a chariot race, full of traps and tricks, and after about 30 suitors died in the attempt. To thank Hera for her marriage, Hippodameia gathered 16 women, making them responsible for the Heraean Games.

And… The End!

It is also said that around the year 580 a. C, the tyrant of Pisa, Damophon, hurt and damaged a lot the inhabitants of Elis. Then, after his death, a group of 16 women was formed, one from each city, who started the Heraean Games.


Every four years, these women wove for Hera a peplo, which is a kind of clothing worn in ancient Greece, wide, loose and sleeveless, which fell from the shoulders to the waist. This tribute was a way to repair the bad caused by Damophon and to ease tensions between the cities.

Coin in honor of Hera circa 300-270 BC. Source: CoinArchives.com

Others have linked the Heraean Games to a pre-Hellenic matriarchal feast in honor of the Earth Mother Goddess, later identified with Hera, whose temple is older than Zeus’.

What else has been discovered about the Heraean Games?

  • Competitions: foot races were held during the event, starring young single women, divided into age categories, with a shorter route than that route for men.
  • Clothing: the athletes wore their hair down and had to wear a tunic called Chitn, which went above the knees and exposed the entire right shoulder to the chest.
  • Frequency: these footraces would be held every four years in the same stadium in Olympia where the Ancient Olympic Games were organized, although it has not been confirmed if they were held in the same year or at the same time.
  • Prizes: As in the men’s edition, the winners were awarded a olive wreath, plus a portion of a cow that had been slaughtered in honor of Hera. The victors could also receive statues in their honor.
Spartan women exercising. Fuente: El Bazar de la Biblioteca Perdida.

Considering the legacy of the Heraean Games as a reference and as a pioneer in the participation of female athletes, it is that we began this series of stories of women who have marked the history of sport.

Charlotte Cooper

París, verano de 1900.

Muchos ojos estaban sobre la llamada “ciudad de la luz”. Se realizaba la “Exposición Universal”, en la que se mostraban los más recientes avances y obras de ingeniería, diseño, arte y ciencia de la época. 

Como parte del programa del evento, se incluyeron las competencias que formaban la segunda edición de los Juegos Olímpicos modernos. Y si bien esas olimpiadas en suelo francés han sido consideradas un fracaso por la poca organización y la nula difusión que tuvieron, no todo fue malo en París. 

En esta edición se permite, por primera vez, la participación de mujeres atletas; 22 en total, repartidas en tres disciplinas: cricket, golf y tenis. Además, en tenis, fútbol, polo y remo se inscribieron equipos mixtos. 

Es así como la tenista inglesa Charlotte Cooper se convirtió en la primera campeona olímpica al ganar la competencia individual de tenis.

Derrotó en la final a la local Hèléne Prevost y se fue a casa con las manos llenas, luego de salir victoriosa también en la categoría de dobles mixtos junto al británico Reginald Doherty.

Charlotte Cooper es miembro del Salón de la Fama del Tenis Internacional. Fuente: International Tennis Hall of Fame.

Vale destacar que los logros de Charlotte no se limitan a la cita olímpica. Por el contrario, “Chatty”, como también era llamada, tuvo una extensa y exitosa trayectoria deportiva.

Inicios en el Ealing Lawn Tennis Club

La historia de Charlotte comienza en la ciudad de Ealing (Middlesex, Inglaterra), donde nació el 22 de septiembre de 1870. Era la menor de los seis hijos del molinero Henry Cooper y su esposa, la estadounidense Teresa Georgiana Miller.

Dio sus primeros pasos en el Ealing Lawn Tennis Club, junto a H. Lawrence y Charles Martin como sus primeros entrenadores. Luego estaría bajo la tutela de Harold Mahony, figura del club y posterior campeón olímpico, que le ayudó a mejorar la velocidad de sus golpes. 

En su libro de 1910, Lawn Tennis for Ladies, Dorothea Lambert Chambers comparte este pasaje en el que Cooper relata esas primeras victorias en el club local:

«Ganar mi primer campeonato en el Ealing Lawn Tennis Club, a los 14 años, fue un momento muy importante en mi vida. Lo recuerdo muy bien, engalanada por mi orgullosa madre en mis mejores ropas, saliendo para el club una tarde de sábado para jugar en la final sin un vestigio de nervios (ojalá no tuviera ninguno ahora) y ganando; ese fue el primer juego realmente importante en mi vida”.

Lawn Tennis for Ladies. Source: Amazon.com

En 1893 ganaría su primer título absoluto en el club de Ilkley, en el norte de Inglaterra. 

A partir de ahí, solo tendría una fructífera carrera.

Wimbledon, el escenario de sus hazañas

Cuentan que Charlotte Cooper tenía solo dos raquetas de madera: una para cuando estaba seco y otra más vieja que usaba para los días lluviosos. En los días de juego, iba en su bicicleta hasta el All England Club, con su raqueta amarrada en la parte delantera. 

Ataviada en su largo vestido victoriano, entraba a las canchas y sorprendía a más de uno con su juego agresivo, bien cerca de la red, y su servicio por encima del brazo. Ambos poco usuales entre las mujeres tenistas en el cambio del siglo XIX al XX.

Fue precisamente en Wimbledon donde completó la mayor parte de sus hazañas.

Entre 1893 y 1917, Cooper compitió en 21 ediciones del torneo. Fuente: GettyImages

Debutó en 1893 y perdió en semifinales, frente a Blanche Bingley, otra jugadora del Ealing Lawn Tennis Club. Mientras que en 1894 fue eliminada en primera ronda por Henriette Norncastle (su peor resultado en el torneo).

En la edición de 1895, Blanche Bingley no defendió su título y Charlotte Cooper, ya campeona de Irlanda, logró su primer título en Wimbledon, al derrotar a Helen Jackson Atkins por 7-5 y 8-6, después de remontar la pérdida de los cinco primeros juegos.

Luego de su victoria sobre la grama de Wimbledon inició su periplo por otros torneos tanto en Gran Bretaña, como otros países de Europa.

¡Pero ya va!

¿Recuerdas que dijimos que Wimbledon fue el escenario en el que logró la mayor parte de sus hazañas? Van algunos datos:

  • Entre 1893 y 1917, Cooper compitió en 21 ediciones del torneo
  • Protagonizó 11 finales en el All England Club, ocho de manera consecutiva: entre 1895 y 1902. Este récord se mantuvo por casi 90 años, hasta que Martina Navratilova logró su novena aparición al hilo (1982-1990).
  • 4 de esas 11 finales fueron frente a Blanche Bingley Hillyard (1897, 1899, 1900, 1901), a quien solo pudo dominar en una ocasión (1901) para lograr su cuarta corona en el torneo.
  • Aunque estuvo alejada un tiempo de las canchas para dedicarse a su familia, su vuelta no pasó desapercibida: en 1908, sumó un título más en Wimbledon con 37 años y 282 días.
  • Cooper fue la segunda mujer (y una de las cuatro que lo han logrado hasta ahora) en ganar un campeonato en Wimbledon, luego de convertirse en madre. Blanche Bingley Hillyard (1897), Dorothea Lambert Chambers y Evonne Goolagong Cawley (1980) completan el grupo. 
  • Su cuenta total: 5 títulos en Wimbledon, todos contra diferentes oponentes (1895, 1896, 1898 y 1901 y 1908)
  • En 1912, seguía siendo una de las mejores del circuito y consiguió jugar la final de Wimbledon a los 41 años.
  • En la categoría de dobles ganó 7 veces en mixtos, y otras dos el de mujeres, aunque en esos años, esta competencia aún no era parte oficial del programa.
  • De acuerdo a la Official Guide to the Wimbledon Championships, el duelo entre Charlotte y  Muriel Robb en 1902 se convirtió en la final más larga para mujeres hasta ese momento: tuvo que ser detenido por lluvia cuando estaba 6–4, 11–13, pero fue reanudado desde el inicio al día siguiente, con victoria para Robb (7–5, 6–1), jugando un total de 53 games.

Excelencia en todo

Charlotte Cooper se preocupaba por trabajar no solo la parte física de su juego, sino también su fortaleza mental, por lo que jugaba calmada y era consistente en la cancha, según los relatos. 

Inclusive, una de las virtudes más admiradas de Copper era su capacidad de concentración en los partidos.

Su trabajo mental tuvo que reforzarse en 1896. Después de sufrir una infección auditiva que la llevó a perder la audición, “Chatty” siempre estaba muy metida en el juego para poder identificar los movimientos de su rival y seguir el curso de la pelota.

Durante el invierno, cuando no había competiciones de tenis por el clima y no se podía jugar sobre pistas de hierba, Charlotte se mantenía en forma corriendo, caminando y jugando al hockey sobre hierba en el equipo de Surrey.

Donde llegaba, la inglesa dejaba huella: sumó 8 campeonatos irlandeses, entre otros logros en diferentes plazas europeas, especialmente Francia y Alemania.

Su palmarés: 5 títulos en Wimbledon (1895, 1896, 1898, 1901 y 1908) Fuente: GettyImages

Legado familiar

En 1901, se casó con el abogado británico Alfred Sterry y se tomó un receso de las canchas para dedicarlo a su familia y a sus hijos.

Sin embargo, cuando creyó que era el momento adecuado, regresó a su carrera como tenista, sumando muchos más éxitos. 

Para Charlotte y Alfred, el deporte era un asunto familiar: su esposo también era tenista y sumó algunas victorias en Francia y Alemania. Posteriormente fue presidente de la Lawn Tennis Association.

A los 90 años. Fuente: GettyImages

Su hija Gwen jugó en el equipo de tenis de la Wightman Cup del Reino Unido, mientras que el esposo de Gwen, Max Simmers, fue múltiple campeón de rugby con el equipo de Escocia, y su nieto Brian, también destacó en el rugby.

Su hijo Rex fue vicepresidente del All England Club entre 1960 y 1975. 

Su última visita a Wimbledon fue en 1961, poco antes de cumplir 90 años. Viajó sola desde Escocia para estar en la comida de campeones que el club había organizado para celebrar los 75 años de la creación del torneo.

Charlotte murió a los 96 años, estableciendo un récord como la atleta más longeva entre los campeones olímpicos. También es miembro del Salón de la Fama del Tenis Internacional (o International Tennis Hall of Fame).

Los Juegos Hereos

Con 16 mujeres, así comienza la historia del deporte femenino organizado.

No sabemos más de ellas: nombres, edades, ocupaciones, trayectoria… Pero sí que fueron las encargadas de organizar los Juegos Hereos, en la antigua Grecia, la primera competición (al menos de la que se tiene algún registro) en ser protagonizada por atletas mujeres.

A ver, las mujeres no eran totalmente ajenas al  ejercicio físico en el mundo antiguo: por ejemplo, en Esparta se promovía la educación física femenina, eso sí, como un medio de mejorar la salud de cara a la concepción.

Sin embargo, no tenían permitido participar y era prohibido incluso asistir a los Juegos Olímpicos realizados en la época, con posibilidad de recibir pena de muerte por ello.

De hecho, se afirma que las competencias masculinas eran realizadas con participantes sin ninguna vestimenta para evitar que alguna mujer se “infiltrara” y, a su vez, las mujeres eran vetadas porque podrían sentir “emociones indeseadas” al ver a los hombres desnudos.

Es por ello que los Juegos Hereos se pueden catalogar como el primer gran evento organizado del deporte femenino.

¿Cómo comienza esta historia?

¡Primero lo primero!

Tuvimos noticia de este evento gracias al espartano Pausanias que, en su Descripción de Grecia hacia el año 175 d.C., menciona a los Juegos Hereos o Juegos de Hera.

“Junto al templo de Apolo Deiradiotes está el santuario de Athena Oxyderces, dedicado por Diomedes, porque una vez mientras luchaba en Troya, la diosa le quitó la niebla de los ojos. Junto al santuario está el hipódromo, en el que se llevan a cabo los juegos en honor de Nemean Zeus y el festival de Hera”.

File:620 of ‘Pausanias’s Description of Greece. Translated with a commentary by J. G.Frazer’. Fuente: WikiCommons.

Ahora, sobre su origen, existen diferentes versiones:

La primera está ligada a la mitología. De acuerdo al propio Pausanias, los Juegos Hereos fueron creados por Hipodamía en agradecimiento a la diosa Hera por su boda con Pélope.

Y aquí es donde tienes que poner atención para no perderte en la trama:

Pélope había sido descuartizado por su padre Tántalo, y ofrecido a los dioses como alimento. Luego, los dioses decidieron devolverlo a la vida, sustituyendo el hombro que distraídamente se había comido Démeter por uno de marfil.

Pélope logró casarse con Hipodamía tras vencer a su padre en una carrera de carros, llena de trampas y artimañas, y después de que unos 30 pretendientes murieran en el intento. Para agradecer a Hera por su matrimonio, Hipodamía reunió a 16 mujeres haciéndolas administradoras de los Juegos Hereos.

¡Y fin!

También se cuenta que cerca del año 580 a. C, el tirano de Pisa, Damofonte había causado muchos daños a los habitantes de Élide. Entonces, luego de su muerte, se formó un grupo de 16 mujeres, una de cada ciudad, que iniciaron los juegos Hereos.

Cada cuatro años, estas mujeres tejían para Hera un peplo, que es una especie de ropa usada en la antigua Grecia, amplia, suelta y sin mangas, que caía de los hombros a la cintura. Este tributo era una forma de reparar los males causados por el gobernante y apaciguar las tensiones entre las ciudades. 

Coin in honor of Hera circa 300-270 BC. Source: CoinArchives.com

Otros han vinculado los Juegos Hereos con una fiesta matriarcal prehelénica en honor a la Diosa Madre de la Tierra, identificada posteriormente con Hera, cuyo templo es más antiguo que el de Zeus.

¿Qué más se ha descubierto sobre los Juegos Hereos?

  • Competencias: durante el evento se realizaban carreras, protagonizadas por jóvenes solteras, divididas en categorías por edades, con un recorrido menor al estipulado para los hombres.
  • Vestimenta: en este caso, las atletas usaban el cabello suelto y debían vestir una túnica llamada Quitón o Chitón, que iba por encima de las rodillas y dejaba al descubierto todo el hombro derecho hasta el pecho.
  • Frecuencia: estas carreras se realizarían, cada cuatro años, en el mismo estadio de Olimpia donde se organizaban los Juegos Olímpicos Antiguos aunque no se ha confirmado si se realizaban el mismo año o por la misma época.
  • Premios: al igual que en la edición masculina, eran coronas de olivo, además de parte de una vaca que había sido sacrificada a Hera. Las vencedoras también podían recibir estatuas en su honor.
Mujeres espartanas haciendo ejercicio. Fuente: El Bazar de la Biblioteca Perdida.

Tomando en cuenta el legado de los Juegos Hereos como referente y como pionero de la participación de las atletas, es que iniciamos esta serie de historias de mujeres que han marcado la historia del deporte.